
Los logros obtenidos en la última Prueba Pisa son alentadores pero es necesario hacer algunas precisiones. La primera, que la Prueba Pisa 2015 no evalúa todos los aprendizajes. Sus resultados deben ser considerados como un indicador entre varios. Sin bien duda tienen mucha repercusión internacional, debemos tener en cuenta también otros factores para evaluar el progreso de nuestro sistema educativo.
La segunda es que no podemos negar que estos logros vienen de muchos años atrás. En efecto, los resultados educativos son de mediano y largo plazo. No se le puede pedir a un solo gobierno que obtenga mejoras inmediatas. En mi opinión, fue una buena decisión derogar la Ley de Carrera Magisterial del 2007 y cambiarla por la Ley de Reforma Magisterial de 2012, lo que en su momento fue criticado por razones puramente políticas pero que era necesario a fin de ofrecer incentivos reales a los profesores.
Bajo la dirección de Jaime Saavedra el MINEDU reforzó reformas curriculares y la capacitación docente, lo que empieza finalmente a ver sus frutos.
Como ya se sabe y se reafirma ahora, la educación debe ser liderada por el Estado. No está mal que haya actores privados pero sin una correcta dirección y supervisión, nunca tendremos logros significativos, el principal, sin duda, es que la educación deje de ser excluyente. La sociedad se beneficia cuando personas de todos los sectores sociales están bien formadas.
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